El valor de un libro

Hoy en día, los libros han dejado de ser «el recurso» para aprender o para informarse . La tecnología ha despertado el interés de las personas y su comercialización responde a una gran demanda. Por el contrario, cada vez hay menos librerías y el libro de papel está un poco olvidado.

Tal vez hoy, tenemos que entender que no es ecológico el uso del papel y que los e-book son otro tipo de soporte pero cuyo contenido,  no deja de ser muy valioso.

Cualquiera sea el soporte, lo importante es no peder el interés por la lectura de libros . Hoy, la lectura es rápida, de textos cortos, con vocabulario simple y escueto, con mensajes simples y breves. El tiempo apremia y, en este apuro, la lectura también es rápida, entre líneas.

Sin embargo, los libros siguen siendo un recurso fundamental para desarrollar la imaginación . Al leer nuestra mente no sólo desarrolla habilidades lectoras específicas como la decodificación sino que, una vez automatizada la lecura, el lector interpreta lo leído,  se proyecta hacia experiencias pasadas, presentes, futuras, propias o ajenas, reales o ficticias. En su mente se construyen lugares, paisajes, personajes, escenas, frases, diálogos que quedan en la memoria. Despiertan las emociones y la curiosidad .

Tal vez las historias relatadas o la postura del autor, no nos agraden. No siempre un libro nos tiene que gustar pero, aún así,  si podemos argumentar por qué no nos gustó,  hemos logrado el objetivo de la lectura : formar el juicio crítico y  ejercer   la libertad de opinión.

Recuerda,  «Un niño que lee será un adulto que piensa»