
El diagnóstico es una aproximación del rendimiento actual de las funciones neuropsicológicas y comportamentales del niño/a.
No es una etiqueta o rótulo que determina lo que es y lo que será.
Tampoco debe definir con rigidez metodologías, escolaridad o el mismo tipo de acompañamiento profesional.
Cada niño/a es único, irrepetible, una caja de sorpresas que debemos ir descubriendo día a día.
No hay dos niños disléxicos iguales, no hay dos niños con TEA iguales.
- No debemos tener miedo al diagnóstico.
- Es un punto de partida para avanzar.
- Minimizar el problema, es demorar la estimulación y orientación del tratamiento.
- Informarse sobre las pautas evolutivas de la edad, es fundamental para que sepas cuáles son las conductas esperables para cualquier niño/a .
- Observar su conducta, es un inicio para ver sus fortalezas y debilidades.
Nadie sabe lo que tu hijo/a logrará.
Todos sabemos que es un ser en crecimiento y con posibilidades.
Algunas limitaciones serán para siempre.
A veces, sentirás que no avanza.
Muchas veces, sentirás que la batalla es dura.
Siempre, estarás esperando su logro y lo festejarás con inmensa felicidad.
Algún día, ojalá puedas apreciar que, todo el esfuerzo, valió la pena.