La escritura es un aprendizaje y, sin enseñanza, se demora su adquisición y se generan confusiones y errores que son difíciles de corregir luego. Dar por hecho que los niños y niñas la aprenden solos, es un grave error que se comete con frecuencia. Ni qué hablar de la gran resistencia que hay por parte de nuestros alumnos y alumnas a escribir cuando lo primero que se les da para entretenerse es una pantalla digital.
¿Cómo iniciar este proceso?
El aprestamiento de las habilidades psicomotrices en Nivel Inicial es fundamental para preparar la mano para escribir.
Pero, como la escritura no sólo es un acto grafomotor, debemos incentivarla como medio de comunicación, como algo que representa una realidad. Por eso, comenzamos haciéndoles escribir su nombre, es un modo de identificarse, de comprender que un conjunto de símbolos dice algo y que, su combinación no siempre significa lo mismo. Por ejemplo, que cada nombre empieza con una letra que, aunque esté en mi nombre no significa lo mismo. MARTINA Y MATEO.
Escribir MAMÁ Y PAPÁ son otro ejemplo de palabras significativas. Es importante que en sala de 5 los niños y niñas ya pueda escribir palabras y puedan darle comprender su significado. Si ha sido estimulado para aprender y en sala de 5 , no lo logra, es un indicador importante que nos está advirtiendo y no debemos dejar pasar.
- Otro aspecto importante es que debemos diferenciar entre copiar y producir.
La copia, suele ser un proceso que consideramos fácil. Sin embargo, muchas veces vemos que hay niños que tienen dificultad para ello. Primero que todo, debemos descartar si el niño/a ve bien. Si ve bien y copia mal, podemos observar si: es impulsivo y se apura sin reparar en detalles, si se” pierde” en la copia y le cuesta el proceso de mirar el modelo y volver a su hoja, si demora mucho porque le cuesta reproducir lo que ve.
La producción es un proceso complejo que supone habilidades psicolingüísticas para expresar ideas, darles un orden mental y poder comprender las reglas de la escritura para que se comprenda el mensaje.
Es fundamental estimular la producción como expresión del lenguaje. Un niño o niña que no puede expresar frases a partir de los 3 años, requiere una consulta con una terapeuta del lenguaje o fonoaudióloga que evalúe en qué etapa se encuentra y que tipo de acompañamiento terapéutico necesita.
Estimular el relato de experiencias propias, re-narrar cuentos, relatar un suceso, describir viñetas con apoyo visual y tantas actividades que estimulan el lenguaje, están estrechamente ligadas a la escritura. Generar contenido verbal, además de habilidades cognitivas para poder expresar “lo que pienso”, es fundamental.
Cuando el niño ha logrado la escritura como proceso fonológico en primer grado, debe poder plasmar el lenguaje por medio de la escritura de oraciones, respetando mayúscula inicial y punto final .Al principio serán simples pero cada vez podemos exigir más complejidad incluso, hay grupos que terminan escribiendo pequeñas historias con viñetas como apoyo visual.
A partir de 2° grado, podemos empezar a trabajar la escritura de una narración respetando PRINCIPIO, DESENLACE Y FINAL. Con el tiempo deberemos ir complejizando el tipo de texto y sus diferentes formatos.
Darles un tema y decirles “Escriban una historia”, no es enseñar a redactar, producir o escribir. La producción supone modelos: hacer entre todos una historia, proponer ideas, dejar palabras de vocabulario que puedan ayudar a armar el relato, escribir algunos conectores para que se acostumbren a usar estas palabras que ordenan la secuencia.
¿Y el dictado?
El dictado es un excelente recurso para que el niño/a asocie lo que escucha y lo pueda decodificar mientras escribe respetando las reglas de la escritura y las ortográficas. Considerando las graves fallas que vemos de los chicos para respetar dichas normas, hemos pensado ¿cuántos dictados hacemos a partir de 3° grado?
Me sorprende ver que, de pronto el docente se da cuenta que sus alumnos escriben mal en 6° grado y les hace dictados para que mejoren la ortografía. (¿?)
La ortografía, como parte de la escritura, también requiere aprendizaje. No todas las personas tienen naturalmente buena ortografía. Se enseña, se ejercita, se aplica a diario.
Finalmente les dejo algunas reflexiones:
¿Estamos enseñando a escribir?
¿Los hacemos copiar o usamos muchas fotocopias?
Si copian, ¿qué objetivo me propongo con esta actividad? Reparo cuando la letra es ilegible o le permito que escriba como sea.
¿Los induzco a que expresen ideas o me conformo con que escriban algo (como sea)?
¿Cuántas producciones he propuesto este año?
¿Hago semanalmente dictados para que afiancen el uso de las reglas ortográficas enseñadas o quedan en un apartado y no se transfieren a nuevas situaciones?
¡Nos espera un enorme desafío!