Mi hijo hace bullying

El bullying es la agresión para ejercer poder sobre otra persona a través de .amenazas hostiles, físicas o verbales que se repiten, angustiando a la víctima y estableciendo un desequilibrio de poder entre ella y su acosador.

No toda situación de violencia es sinónimo de bullying. Si bien la violencia es repudiable en cualquiera de sus manifestaciones, la acción de acoso prolongada y sistemática de una alumno o grupo hacia otro marca la diferencia con  un hecho esporádico.Es un fenómeno que hoy tiene entidad, tiene nombre y se trata como parte de la problemática en la convivencia escolar.

Muchas veces, se busca la causa del problema en el uso de celulares, en las redes sociales, naturalizando que se trata de un fenómeno de la época. Pareciera ser que, que está fuera de nosotros, que no hay mucho para hacer.

Ningún padre desea que su hijo haga bullying. Sin embargo, puede suceder que nuestro hijo/a haga bullying. El ámbito escolar , es un campo propicio para desarrollar habilidades personales y sociales y por ello, se manifiesta en situaciones de grupo.

Es posible que, algunas conductas, nos den indicios de que puede  estar acosando a algún compañero .Por eso es importante observar si:

  • Es cruel  cuando habla de otros niños, se burla o insulta con frecuencia. 
  • Excluye a otros niños de participar en actividades.
  • Tiene poca tolerancia a la frustración.
  • Quiere imponer sus normas y le cuesta aceptar la opinión de otros.
 

Ante esto ¿Qué podemos hacer?

  • Dialogar con nuestro hijo para conocer qué le está pasando o porqué tuvo determinada reacción.
  • Ayudarlo a entender cómo su comportamiento lastima a los demás.
  • Ser un ejemplo de comportamiento : cuidar nuestras expresiones, no hablar en forma despectiva de otros, no burlarnos de la gente, no ser violentos en el hogar. Los chicos nos miran… 
  • Enseñarle a aceptar la responsabilidad de sus actos. Darle la posibilidad de reparar y pedir disculpas. 
  • Si te informaron en la escuela que hace bullying ponete a disposición  y consultá si ves que hay aspectos de la personalidad  que necesitan ser trabajados.
  • La escuela no es un enemigo. Aprovechá la ayuda mutua que puede ofrecerse y trabajar  como un verdadero equipo.
  • Evalúa  la posibilidad de consultar a un especialista