Cuando un niño o niña está por nacer, las expectativas de sus padres son inmensas. Muchas ilusiones y sueños se tejen en relación a su infancia , a su desarrollo , a su futuro.
Cuando los padres reciben el diagnóstico que su hijo o hija tiene T.E.A , el desconcierto, el miedo, la angustia, la culpa, abruman.
Uno busca darle una explicación a cada comportamiento y lleva un tiempo comprender que realmente, es autista.
Por eso, es muy importante comprender a estos padres, darles sus tiempos, informarlos y por sobre toda las cosas, no juzgarlos.
No hay dos niños con T.E.A iguales, cada uno es único e irrepetible y como tal, nos sorprenderán con sus avances por eso, no hay que perder tiempo.
Debemos formar pequeños grupos de autoayuda pero también, preparar a la sociedad para comprometerse y facilitar la convivencia.
¡Inmenso abrazo para quienes día a día descubren las fortalezas de estos niños y niñas, los ayudan a ser felices y a desarrollar su máximo potencial, olvidándose del rótulo de ser «autistas»!