Lejos de considerar a la tecnología como una enemiga y más bien, agradecida de su existencia por los progresos inmensos que ha provocado, facilitando la realización del ser humano en muchos campos: científicos, laborales y culturales, no deja de preocuparme el uso que le damos a estas herramientas.
La tecnología es parte de nuestras vidas , de nuestras rutinas, de nuestra realidad.
Pero ¿Qué control tenemos ante ella?
Hace años, la televisión era el entretenimiento familiar y, se llegó a hablar del «chupete electrónico» porque los niños y niñas permanecían mucho tiempo frente a la pantalla, en un estado de quietud y semi-somnolencia.
Hoy, las niños y niñas tienen al alcance el celular antes que un juguete . Los adultos le dan al niño o a la niña el dispositivo para que se entretenga y, no moleste.
Nos queremos convencer que, son muy inteligentes porque lo «usan» muy bien ya que están estimulados con ellos desde pequeños pero…
- ¿Cuántas habilidades deben desarrollar antes de tener una pantalla frente a sus ojos?
- ¿Cuántas vivencias se pierden por estar con el la pantalla?
- ¿Cuánto afecta a su desarrollo neurocognitivo?
Es hora que los padres reflexionemos sobre el tema.. Después nos sorprendemos del comportamiento violento, de la falta de empatía y las pocas habilidades sociales . Estas… ¡No se educan con el celular!